LA FORMACIÓN PEDAGÓGICA DE LOS PROFESORES UNIVERSITARIOS. UNA PROPUESTA EN EL PROCESO DE PROFESIONALIZACIÓN DEL DOCENTE
La Educación Superior se enfrenta a una serie de desafíos en un mundo que se transforma, por ello debe revisar su misión y redefinir muchas de sus tareas sustantivas, en especial aquellas que se relacionen con las necesidades de la sociedad en materia de aprendizaje y superación continua. Un punto clave en su misión está dirigido a destacar las tareas de las universidades, Se requiere llevar a cabo esfuerzos para elevar la formación pedagógica de los profesores, lo cual tributará en una mejor preparación de los egresados universitarios.
La actividad del profesor ha sido y seguirá siendo un aspecto de estudio de la Didáctica cada vez es más evidente su papel de facilitador en la calidad del proceso de enseñanza aprendizaje y en la educación en general. La mejora de la calidad del proceso de enseñanza aprendizaje pasa necesariamente por la transformación del pensamiento y de los sentimientos de los profesores, para ello la Educación Superior necesita de la calidad del personal docente, de los programas y de los estudiantes, de las infraestructuras y del ambiente universitario.
Para que la Universidad pueda cumplir sus tareas académicas, laborales e investigativas requiere de profesores preparados, que no sólo sepan el contenido científico, sino que sepan enseñar lo que necesita la sociedad, de aquí la necesidad de que en la universidad se enseñe a los profesores a educar , para que losestudiantes aprendan a aprender.
En la Conferencia mundial sobre la Educación Superior de la UNESCO, se aprobaron documentos queinsisten en la necesidad de la educación permanente del profesorado universitario y su formación pedagógica.En uno de esos documentos se especifica: "Un elemento esencial para las instituciones de enseñanza superior es una enérgica política de formación del personal. Se deberían establecer directrices claras sobre los docentes de la educación superior, que deberían ocuparse sobre todo, hoy en día, de enseñar a su alumnos a aprender y a tomar iniciativas, y no a ser, únicamente, pozos de ciencia.
Deberían tomarse medidas adecuadas en materia de investigación, así como de actualización y mejora de sus competencias pedagógicas mediante programas adecuados de formación del personal, que estimulen la innovación permanente de los planes de estudio y los métodos de enseñanza aprendizaje, y que aseguren condiciones profesionales y financieras apropiadas a los docentes a fin de garantizar la excelencia de la investigación y la enseñanza". Cáceres, M. y otros: La formación pedagógica de los profesores universitarios… Revista Iberoamericana de Educación (ISSN: 1681-5653) Por otra parte en otro de los documentos se afirma: "Como la educación a lo largo de toda la vida exige que el personal docente actualice y mejore sus capacidades didácticas y sus métodos de enseñanza ... es necesario establecer estructuras, mecanismos y programas adecuados de formación del personal docente"
Las contundentes declaraciones internacionales anteriores y las condiciones actuales del desarrollo de la educación superior cubana muestran una realidad que exige perfeccionar la formación pedagógica de los profesores universitarios en atención a las necesidades de aprendizaje de los mismos. En el presente, resulta imprescindible la reflexión cotidiana sobre la tarea de enseñar y sus implicaciones pedagógicas según sus finalidades y contextos diversos. La formación científica en la rama del saber específico debe ir acompañada de una formación
pedagógica, sólo así puede incidir en el mejoramiento de su labor profesional. La idea de la educación durante toda la vida, de la educación permanente es aplicable al profesional de la educación superior, pues el profesor universitario, en atención a las tareas docentes que realiza, requiere que disponga de posibilidades para su formación continuada.
La actividad del profesor ha sido y seguirá siendo un aspecto de estudio de la Didáctica cada vez es más evidente su papel de facilitador en la calidad del proceso de enseñanza aprendizaje y en la educación en general. La mejora de la calidad del proceso de enseñanza aprendizaje pasa necesariamente por la transformación del pensamiento y de los sentimientos de los profesores, para ello la Educación Superior necesita de la calidad del personal docente, de los programas y de los estudiantes, de las infraestructuras y del ambiente universitario.
Para que la Universidad pueda cumplir sus tareas académicas, laborales e investigativas requiere de profesores preparados, que no sólo sepan el contenido científico, sino que sepan enseñar lo que necesita la sociedad, de aquí la necesidad de que en la universidad se enseñe a los profesores a educar , para que losestudiantes aprendan a aprender.
En la Conferencia mundial sobre la Educación Superior de la UNESCO, se aprobaron documentos queinsisten en la necesidad de la educación permanente del profesorado universitario y su formación pedagógica.En uno de esos documentos se especifica: "Un elemento esencial para las instituciones de enseñanza superior es una enérgica política de formación del personal. Se deberían establecer directrices claras sobre los docentes de la educación superior, que deberían ocuparse sobre todo, hoy en día, de enseñar a su alumnos a aprender y a tomar iniciativas, y no a ser, únicamente, pozos de ciencia.
Deberían tomarse medidas adecuadas en materia de investigación, así como de actualización y mejora de sus competencias pedagógicas mediante programas adecuados de formación del personal, que estimulen la innovación permanente de los planes de estudio y los métodos de enseñanza aprendizaje, y que aseguren condiciones profesionales y financieras apropiadas a los docentes a fin de garantizar la excelencia de la investigación y la enseñanza". Cáceres, M. y otros: La formación pedagógica de los profesores universitarios… Revista Iberoamericana de Educación (ISSN: 1681-5653) Por otra parte en otro de los documentos se afirma: "Como la educación a lo largo de toda la vida exige que el personal docente actualice y mejore sus capacidades didácticas y sus métodos de enseñanza ... es necesario establecer estructuras, mecanismos y programas adecuados de formación del personal docente"
Las contundentes declaraciones internacionales anteriores y las condiciones actuales del desarrollo de la educación superior cubana muestran una realidad que exige perfeccionar la formación pedagógica de los profesores universitarios en atención a las necesidades de aprendizaje de los mismos. En el presente, resulta imprescindible la reflexión cotidiana sobre la tarea de enseñar y sus implicaciones pedagógicas según sus finalidades y contextos diversos. La formación científica en la rama del saber específico debe ir acompañada de una formación
pedagógica, sólo así puede incidir en el mejoramiento de su labor profesional. La idea de la educación durante toda la vida, de la educación permanente es aplicable al profesional de la educación superior, pues el profesor universitario, en atención a las tareas docentes que realiza, requiere que disponga de posibilidades para su formación continuada.
Actualmente existen
algunas instituciones educativas que empiezan a tomar conciencia sobre
la necesidad de crear nuevas políticas y estrategias orientadas a
reducir la brecha entre el currículum, la investigación y la práctica
pedagógica (Quintero et al., 2008), lo cual ha llegado a incluir
una revision crítica de la educación tal y como es impartida actualmente
por parte de los maestros (Carr y Kemmis, 1988 y 1996).
En
el caso de México, se ha dado gran importancia a la formación
pedagógica de los docentes universitarios desde los años setenta hasta
la fecha. Organismos como la Secretaría de Educación Pública (SEP), la
Asociación Nacional de Universidades e Instituciones de Educación
Superior (ANUIES) y el Consejo Nacional de Formación de Profesores se
han dedicado a impulsar programas para capacitar profesores (Ezcurra,
1995: 11). Debido a esto, se ha incrementado el número de maestros a
nivel licenciatura, sin embargo, el reto no es sólo tener un mayor
número de profesores, sino que tengan una formación tanto de la
disciplina que imparten, como de la didáctica–pedagógica (Zarzar, 1988:
13).
El
Plan de Desarrollo Estatal 2002–2007 tiene como objetivo general lograr
una educación de calidad, con valores y centrada en el alumno, abierta a
los avances tecnológicos y a la participación social. Pretende alcanzar
dicho objetivo mediante sus Líneas Estratégicas dentro de las cuales,
la quinta establece formar, actualizar y capacitar a los docentes para
estimular su competencia profesional y superación personal (Objetivos y estrategias,
párrafo 1). Como bien comentan Pallán (1995) y Aguirre (1995) como lo
cita Reyes, M. (2004: 6), el aumento de la matrícula en las
instituciones de educación superior llevó a las universidades a
aprovechar a sus mejores alumnos, contratándolos como profesores, sin
tener necesariamente la madurez profesional ni la preparación para la
docencia. Este factor determinó en buena medida la configuración actual
de la planta académica en diferentes instituciones. Tal acción pone en
riesgo el objetivo principal del Plan de Desarrollo Estatal antes
mencionado: lograr una educación de calidad, pues, como bien reafirma
Zarzar (1988) "...la formación y actualización de profesores tiene una
relación directa con la calidad de la educación."
Ante
esta situación se hace necesaria la formación del personal académico de
las diferentes universidades donde la docencia sea una actividad que
requiere una preparación específica, porque lo que se busca (Reyes,
2004) es: el aprendizaje de los alumnos y no solamente la transmisión de
conocimientos.
El
Estatuto del Personal Académico de la Universidad Autónoma de Baja
California (UABC) en su capítulo 1, artículo 53 menciona que es
obligación de los maestros enriquecer y actualizar sus conocimientos
continuamente en las áreas, campos o materias en que labore (Disposiciones Comunes: 13).
En
la UABC laboran profesionistas de diversas disciplinas. De más de 1,800
académicos que integran la planta en Mexicali, salen de ella al
semestre un promedio de 120 y se incorporan 130. Esto significa que
existen 130 profesores de nuevo ingreso que necesitan de atención cada
semestre en cuanto a formación docente se refiere. En la Facultad de
Ciencias Administrativas, algunos maestros tienen esta preparación
basada en el conocimiento de métodos y técnicas didácticas, pero la
mayoría (239) carecen de dichos estudios.
Modelos de formación del profesorado
Se asume como definición de modelo la que parte de considerar que el modelo es un recurso para el desarrollo de la enseñanza, para la fundamentación científica de la misma, evitando que permanezca siendo una forma de hacer empírica y personal al margen de toda formalización científica. Cada modelo es juzgado por su capacidad compresiva en cuanto a la realidad de la enseñanza, dado que cada uno de ellos posee esa propiedad de filtro que le es propia y develan diferentes aspectos de la misma. La formación docente se concibe como el proceso permanente de adquisición, estructuración y reestructuración de conocimientos, habilidades y valores para el desempeño de la función docente.
La formación docente es continua, se lleva a cabo a lo largo de toda la práctica docente, tomándose dicha práctica como eje formativo estructurante. Los modelos de formación del profesorado se han configurado históricamente sobre la base de dos concepciones: la primera define un conjunto de rasgos deseables en el profesional, y la segunda trasciende el ámbito de lo personal y visualiza al profesor en el contexto de la realidad compleja en la que se desempeña.Estos son:
El modelo teórico: cuyo propósito es formar profesionales capaces de responder a las exigencias que les plantee cualquier situación académica.
Cáceres, M. y otros: La formación pedagógica de los profesores universitarios. Revista Iberoamericana de Educación (ISSN: 1681-5653) El modelo crítico-reflexivo, que forma parte de un movimiento de renovación curricular y de la enseñanza màs amplia, que asume la idea, como eje central de este movimiento, de “profesor-investigador”. Es conveniente prescindir de un modelo de formación que integre ambas propuestas, contextualizandolo a la educación superior.
Zerchner (1983) establece cuatro paradigmas que a su juicio, es el punto de enmarcación teórica en la
formación del profesorado:
1. El paradigma conductista, como formación del profesorado en competencias (comportamientos, conocimientos teóricos y prácticos). Su objeto es ofrecer a los alumnos capacidades docentes para decidir lo que tienen que hacer en situaciones reales. El criterio fundamental de la eficiencia docente es el desarrollo de aptitudes y conocimientos de los alumnos, medidos antes y después de la influencia del profesor.
2. El paradigma personalista o humanista, regido por el criterio de que la enseñanza es básicamente un proceso de relación interpersonal y desarrollo personal. Un “buen profesor es como un artista habilidoso capaz de facilitar el desarrollo personal del alumno”.
3. El paradigma tradicional-artesanal, la enseñanza es un proceso de ensayo-error, donde se
aprende mejor al pasar un período de prácticas. Entiende al profesor como un transmisor de
contenidos culturales, razón por la que también se denomina paradigma culturalista o racionalista. Este paradigma ve el aprendizaje de la enseñanza como un proceso de modelado en que el alumno aprendiz imita al maestro.
4. El paradigma crìtico-reflexivo, orientado a la indagación centrada en la investigación critica y en la reflexión de las causas y consecuencias de las acciones en la clase. Trata de dar a los profesores la capacidad intelectual de valorar su propia práctica, así como establecer una conexión entre la formación del profesor y la realidad sociopolítica exterior, con la aspiración de mejorar el mundo a través de la educación. Al efectuar el análisis de los paradigmas anteriores, se infiere, la presencia de los mismos en diferentes modelos de formación del profesorado, no obstante en la actualidad existe una tendencia marcada hacia un mayor empleo del crítico reflexivo al acentuar la importancia de las potencialidades que reviste un proceso de formación concientizador, intelectual y analítica
Profesionalización y formación docente
La
formación docente según Chehaybar y Kuri (2003) es un proceso
permanente, dinámico, integrado, multidimensional, en el que convergen,
entre otros elementos, la disciplina y sus aspectos teóricos,
metodológicos, epistemológicos, didácticos, psicológicos, sociales,
filosóficos e históricos, para lograr la profesionalización de la
docencia.
Al
surgir la necesidad de profesionalizar a los docentes se dio una mejor
atención a la sociedad y esto logró el progreso de la educación, como se
menciona en el documento La Situación del Personal Docente
(UNESCO, 1966: 4). En el punto cuatro dice que "Debería reconocerse que
el progreso de la educación depende en gran parte de la formación y de
la competencia del profesorado, así como de las cualidades humanas,
pedagógicas y profesionales de cada educador".
Las
implicaciones de la profesionalización del docente, como bien comenta
Mota (2006), tiene como objetivo hacer de la docencia una actividad
profesional, una carrera; de tal forma que el arquitecto, el médico o el
contador, independientemente de su formación original, pueden hacer de
la docencia una actividad profesional. Las universidades requieren de
profesionales de la docencia, no sólo de profesionistas. Este trabajo se
ha desarrollado fundamentalmente con programas de posgrado. Las
maestrías y especialidades en el área de educación, principalmente las
orientadas a mejorar la calidad de la docencia, han sido la principal
herramienta para la profesionalización del docente. Asimismo, el autor
agrega que la formación docente está vinculada directamente con la
profesionalización de la docencia. Esta idea ha sido rescatada por
muchas instituciones de educación superior con la finalidad de mejorar
el proceso de enseñanza–aprendizaje en el nivel universitario, y en
consecuencia mejorar la calidad académica de los futuros profesionales
que se integrarán a la comunidad.
Modelos de formación del profesorado
Se asume como definición de modelo la que parte de considerar que el modelo es un recurso para el desarrollo de la enseñanza, para la fundamentación científica de la misma, evitando que permanezca siendo una forma de hacer empírica y personal al margen de toda formalización científica. Cada modelo es juzgado por su capacidad compresiva en cuanto a la realidad de la enseñanza, dado que cada uno de ellos posee esa propiedad de filtro que le es propia y develan diferentes aspectos de la misma. La formación docente se concibe como el proceso permanente de adquisición, estructuración y reestructuración de conocimientos, habilidades y valores para el desempeño de la función docente.
La formación docente es continua, se lleva a cabo a lo largo de toda la práctica docente, tomándose dicha práctica como eje formativo estructurante. Los modelos de formación del profesorado se han configurado históricamente sobre la base de dos concepciones: la primera define un conjunto de rasgos deseables en el profesional, y la segunda trasciende el ámbito de lo personal y visualiza al profesor en el contexto de la realidad compleja en la que se desempeña.Estos son:
El modelo teórico: cuyo propósito es formar profesionales capaces de responder a las exigencias que les plantee cualquier situación académica.
Cáceres, M. y otros: La formación pedagógica de los profesores universitarios. Revista Iberoamericana de Educación (ISSN: 1681-5653) El modelo crítico-reflexivo, que forma parte de un movimiento de renovación curricular y de la enseñanza màs amplia, que asume la idea, como eje central de este movimiento, de “profesor-investigador”. Es conveniente prescindir de un modelo de formación que integre ambas propuestas, contextualizandolo a la educación superior.
Zerchner (1983) establece cuatro paradigmas que a su juicio, es el punto de enmarcación teórica en la
formación del profesorado:
1. El paradigma conductista, como formación del profesorado en competencias (comportamientos, conocimientos teóricos y prácticos). Su objeto es ofrecer a los alumnos capacidades docentes para decidir lo que tienen que hacer en situaciones reales. El criterio fundamental de la eficiencia docente es el desarrollo de aptitudes y conocimientos de los alumnos, medidos antes y después de la influencia del profesor.
2. El paradigma personalista o humanista, regido por el criterio de que la enseñanza es básicamente un proceso de relación interpersonal y desarrollo personal. Un “buen profesor es como un artista habilidoso capaz de facilitar el desarrollo personal del alumno”.
3. El paradigma tradicional-artesanal, la enseñanza es un proceso de ensayo-error, donde se
aprende mejor al pasar un período de prácticas. Entiende al profesor como un transmisor de
contenidos culturales, razón por la que también se denomina paradigma culturalista o racionalista. Este paradigma ve el aprendizaje de la enseñanza como un proceso de modelado en que el alumno aprendiz imita al maestro.
4. El paradigma crìtico-reflexivo, orientado a la indagación centrada en la investigación critica y en la reflexión de las causas y consecuencias de las acciones en la clase. Trata de dar a los profesores la capacidad intelectual de valorar su propia práctica, así como establecer una conexión entre la formación del profesor y la realidad sociopolítica exterior, con la aspiración de mejorar el mundo a través de la educación. Al efectuar el análisis de los paradigmas anteriores, se infiere, la presencia de los mismos en diferentes modelos de formación del profesorado, no obstante en la actualidad existe una tendencia marcada hacia un mayor empleo del crítico reflexivo al acentuar la importancia de las potencialidades que reviste un proceso de formación concientizador, intelectual y analítica
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