En el marco del desarrollo del Plan de la Patria-Segundo Plan Socialista de Desarrollo Económico y Social de la Nación 2013-2019, se ha propuesto generar un verdadero proceso de transformación universitaria, que en el caso de la formación docente se estructura a partir de la conformación de unSistema Nacional de Formación Permanente del Docente Universitario, contribuyendo así a la generación de prácticas pedagógicas e investigativas innovadoras, participativas y pertinentes a larealidad sociopolítico y socioproductiva del país. Se trata de promover diferentes alternativas en la forma de abordar la formación, la creación intelectual y la innovación. (Creación y Recreación de Saberes y Conocimientos). La interacción y vinculación con comunidades, la gestión y demás funciones que correspondan al docente asumir por estar ubicado en una de las lineas estratégicas del Proceso Educativo todo esto con una visión integradora respectoo de las de klas dimensiones de calidad con pertinencia, complegidad de la gestión de la docencia y los cambios curriculares que se vienen impulsando desde el Ministerio del Poder Poder Popular para la Educación Universitaria, Ciencia y Tecnología.
Así una politíca dirigida atender y promover la formación perrmanente del docente universitario, através de programas coherentes y cobra gran significación para el cumplimientos de los retos de la transformación universitaria. Para contextualizar los procesos de transformación que se vienen impulsando, se debe partir del reconocimiento de un marco anterior de diversas relaciones sociales (sociopolíticas, socioculturales y socioeconómicas), que posibilitó el desarrollo, consolidación y, más recientemente, el derrumbe de un modelo de universidad cuyas características más más evidentes han sido su orientación hacia un modo de Producción Capitalista-Rentistico, Monoproductor, excluyente y explotador, cónsono con el papel de Venezuela en la división internacional del trabajo impuesta por los países centrales del sistema capitalista mundial.
Este modelo de universidad ha estado orientado a la formación de sujetos enajenados de su territorio ignorantes de sus orígenes históricos y de sus valores culturales, individualistas, funcionales al capitalismo dependiente, cuyo estilo de desarrollo está basado en el crecimiento económico. Todo esto es compatible con un modelo de desarrollo no sustentable, que no pone lo humano en el centro, que no respeta al otro, que es devorador de su entorno, y con unos sujetos sin consciencia de sus orígenes y, mucho menos, sin perspectiva de un futuro para sus descendientes.La transformación del modelo universitario y, en consecuencia, de las y los docentes, se justifica sobremanera al hacer una caracterización de la situación de la educación universitaria venezolana que los diversos planes y misiones intentan enfrentar en la actualidad, donde se puede destacar lo siguiente:
Clara orientación hacia el lucro, incluso cuando se pretende dar soluciones a los problemas de nuestra sociedad. Ejemplo de ello es la formación que privilegia las carreras de libre ejercicio(medicina, derecho e ingenierías).
Desvinculación de la universidad con su entorno, tanto en términos territoriales, como en términos de los valores y patrones simbólico- sociales de las comunidades en las que ésta seinserta y hace vida.
Modelo excluyente, cuyos valores y principios coliden con los establecidos en la Constituciónde la República Bolivariana de Venezuela (CRBV), la Ley Orgánica de Educación (LOE) y en la Ley del Plan de la Patria –Segundo Plan Socialista de Desarrollo Económico y Social de la Nación 2013-2019.
Desarrollo de investigaciones e innovaciones tecnológicas más orientadas a las demandas del mercado internacional que al de las comunidades. Ejemplos de ello son laboratorios de desarrollo de prototipos para la industria del automovilismo deportivo, o construcción de metodologías para aumentar el consumo de bienes y servicios de sectores del capitalismo financiero transnacional.
Educación Liberadora
Es sin duda, Simón Rodríguez, el modelo a seguir. Por eso, el pueblo debe buscar romper definitivamente con la explotación capitalista, avanzando en los procesos de construcción de la dirección político, intelectual, cultural, moral, ya que la misión histórica de la educación bolivariana, es ser una alternativa popular, socialista, para la revolución. Es así, como el comandante Hugo Chávez, se propuso llevar la educación a todos los rincones patrios, sabía que cuando el pueblo asumiera definitivamente el proceso de formación y educación, se liberaría, él nos dijo: “en los años noventa, los jóvenes no tenían como estudiar, ni donde estudiar, el estado los abandonó y de ahí el aumento de la pobreza” (Aló Presidente Nº 357).
Nuestro eterno
comandante decía en su programa, “el pensamiento de Simón Rodríguez
trascendió el Siglo XIX porque nos hace reflexionar sobre la
complejidad, bajo la premisa de educarnos para el trabajo liberador.
Recordemos lo de, o inventamos o erramos,
eso significa liberarse de lo conservador, de lo establecido y lograr
nuevas formas de hacer las cosas que nos lleven, de verdad, a la
liberación”. (Aló presidente Nº357) Por eso, en la práctica de la
docencia, es vital comprender nuestra sociedad y luchar por transformar
conscientemente nuestra realidad, desde la práctica revolucionaria. De
ahí, que la ética de la revolucionaria y el revolucionario no puede ser
esperar que el gobierno sea el que haga todo, debemos actuar con
conciencia ética y política, buscando la suprema felicidad social.
Fue Simón Rodríguez,
quien inculcó al adolescente Simón Bolívar, la emancipación; le enseñó a
ser revolucionario. Por supuesto que existen muchos teóricos; como
Carlos Marx, quien en el siglo XIX, también estudio esto profundamente o
más recientemente, en el siglo XX, un referente infaltable, como lo es
Paulo Freire, quien con sus escritos abrió cátedras universitarias sobre
la educación liberadora y alternativa. Pero, como menciona a los niños,
y tengo dos, no puedo dejar de nombrar a Luis Beltrán Prieto Figueroa
(2006), quien nos dice: “El porvenir puede estar cerca o lejos, pero
hay que prepararlo, y buscar en él, la satisfacción de profundas
aspiraciones que no fueron cumplidas en el pasado, ni en el presente
presuroso. No obstante, el pasado puede suministrar experiencias, que no
son despreciables y el presente, que es una actualidad, que pronto se
convierte en pretérito, también sirve de base, al futuro desconocido. La
actividad del maestro vuelta hacia el pasado, puede dar origen a una
educación perennista; la fundamentada en el presente, da valor a la
vida, que es objetivo indeclinable del proceso formativo de los seres
humanos. Todo converge hacia el porvenir, en el que podrá medirse el
efecto de la actividad de los educadores, del tiempo, del medio que nos
rodea. Eso nos conduce, a una previsión sobre los niños, que ocupan los
bancos de la escuelas y van a ser hombres de un quehacer, cuyos
principios les fueron suministrados por el maestro, por sus padres y por
la sociedad”. (p. 102)
Es así, como en el día a
día, en los salones de clases y otras áreas de de las distintas aldeas,
en donde compartimos con estudiantes, profesores y trabajadores,
tratamos siempre de estar centrados, en un modelo humanista, mas no
conductista; en una relación de un mismo nivel, no, en un piso superior.
Los estudiantes de las décadas del puntofijismo, se aprendían por
caletre, todo. Lo nuestro, no necesita de caletres, no necesita de lo
repetitivo, porque se trata de crear y volver a construir, para crear,
nuevamente; no debemos tan solo limitarnos al salón de clases, debemos
como en nuestro caso, ir a una montaña o a una de nuestras plazas; La
Plaza Bolívar, por ejemplo y compartir con estudiantes, para inventar o
errar; si el invento es bueno, trasciende; si es malo, seguimos
inventando. Es así, como nos quitaremos de encima el capitalismo,
recordando que no hay que cambiar al mundo, sino que hay que cambiar el
sistema, un sistema capitalista, que nos esta autodestruyendo. Un mundo
que ve, como, hasta los osos polares, están desapareciendo, junto al
hielo, porque el calor que producimos, el humo, la polución, la
contaminación; ya no lo soporta ni la propia MADRE TIERRA.
Recordemos, que somos
sujetos constructores de realidades, como lo decía Samuel Robinson,
seudónimo que tuvo que usar Simón Rodríguez, cuando huyó a Jamaica
perseguido por los españoles. Más recientemente, Paulo Freire, utilizó
esas nociónes de Simón Rodríguez. Por eso, como constructores de
realidades, a los estudiantes, tratamos de transmitirles que aún somos
esclavos, a ellos les recalco; que si al dueño del negocio donde
trabajas le da por botarte, te bota y listo. Que debemos estudiar, para
dejar atrás esa esclavitud y con estudio y trabajo, liberarse del
capitalismo salvaje, destructor de todo, destructor de vidas.
Nuestra práctica
pedagógica, está centrada en la formación integral de la mujer y el
hombre, para buscar de esa manera la transformación de esta sociedad
decadente, con una nueva concepción donde se aborda, lo biológico,
psicológico, social, ético y espiritual, para el fortalecimiento de una
cultura, donde la gente participe de manera activa e igualitaria, en la
construcción del desarrollo humano pleno, en condiciones dignas, en el
marco del fortalecimiento de los valores socialistas,(ética, principios,
moral) para buscar el fortalecimiento popular.
Así mismo, centro la
actividad docente, en acciones fundamentadas en lo interdisciplinar y en
transdisciplinar, destinadas a promover el empoderamiento de la gente,
como sujetos de derecho, exigiendo un adecuado tratamiento de las
garantías, frente al derecho a la gratuidad educativa y a la promoción
de ambientes favorables para el estudio, que requiere de la toma de
decisiones responsables, conducentes al aprovechamiento racional del
presente y del futuro patrimonio sociocultural.
Es por ello que, el
docente, debe fundamentar su práctica pedagógica, en el uso de LA
INVESTIGACION, como base de proceso educativo y considerar los procesos
de transformación, en correspondencia con los procesos históricos
concretos, la formación actualizada de las y los estudiantes, para que
profundicen, creen e innoven, y así, impulsar la educación liberadora y
emancipadora, en el contexto socio-comunitario. Partiendo de lo
geo-histórico, como eje fundamental, el bolivarianismo, la
venezolanidad, fortaleciendo los elementos socioculturales de cada
espacio geográfico, así como los valores humanistas y sociales
fundamentales; el respeto a la vida, el amor y la fraternidad, la
convivencia armónica en el marco de la solidaridad, la
corresponsabilidad, la cooperación, la tolerancia, la valoración social,
y ética del trabajo, y el respeto a la diversidad propia, de los
diferentes grupos humanos, a nivel local, regional, nacional,
latinoamericano, caribeño y universal, como lo establece el artículo 3
de la Ley Orgánica de Educación (2009).
Por lo anteriormente
expuesto, el docente bolivariano socialista, debe direccionar la praxis
pedagógica, hacia estrategias innovadoras, que permitan romper esquemas
paradigmáticos capitalistas; centrándonos en la formación integral de
los seres humanos, fundamentados en muchos teóricos y autores de todo
tipo, en especial, la corriente emancipadora de Simón Rodríguez, la
pedagogía liberadora de Paulo Freire y sobre todo, lo que nos enseñó
nuestro gran profesor, Hugo Chávez Frias. Son aportes liberadores, con
miras a la transformación de la sociedad, con una nueva concepción,
centrados en el desarrollo humano, a través de los principios de
sustentabilidad y sostenibilidad, que en toda actividad humana, es
necesario que estén presentes, más aún, en la búsqueda de la
construcción de la socio-productividad; la identificación, el
conocimiento, la valoración y conservación de nuestro patrimonio natural
y cultural (tangible e intangible), además de contribuir con la nueva
visión de seguridad y soberanía alimentaria, desde lo endógeno, para la
formación de la nueva mujer y el nuevo hombre vinculados al desarrollo
endógeno productivo y sustentable, conjuntamente con el modelo
socio-productivo del país, en el marco de la construcción colectiva y de
la participación protagónica y corresponsable, que reza la carta magna.
contribuyen con el surgimiento de un hombre emancipado”, es un
referente que tenemos, como raíz histórica. (Correo del Orinoco p.10).
Como docente, lo
considero un referente, sine qua non, para los profesores. Para los que
creemos en la revolución, en la independencia, en la libertad, buscando
construir la verdadera educación social. Es sin duda, Simón Rodríguez,
el modelo a seguir. Por eso, el pueblo debe buscar romper
definitivamente con la explotación capitalista, avanzando en los
procesos de construcción de la dirección político, intelectual,
cultural, moral, ya que la misión histórica de la educación bolivariana,
es ser una alternativa popular, socialista, para la revolución. Es así,
como el comandante Hugo Chávez, se propuso llevar la educación a todos
los rincones patrios, sabía que cuando el pueblo asumiera
definitivamente el proceso de formación y educación, se liberaría, él
nos dijo: “en los años noventa, los jóvenes no tenían como estudiar, ni
donde estudiar, el estado los abandonó y de ahí el aumento de la
pobreza” (Aló Presidente Nº 357).
Nuestro eterno
comandante decía en su programa, “el pensamiento de Simón Rodríguez
trascendió el Siglo XIX porque nos hace reflexionar sobre la
complejidad, bajo la premisa de educarnos para el trabajo liberador.
Recordemos lo de, o inventamos o erramos,
eso significa liberarse de lo conservador, de lo establecido y lograr
nuevas formas de hacer las cosas que nos lleven, de verdad, a la
liberación”. (Aló presidente Nº357) Por eso, en la práctica de la
docencia, es vital comprender nuestra sociedad y luchar por transformar
conscientemente nuestra realidad, desde la práctica revolucionaria. De
ahí, que la ética de la revolucionaria y el revolucionario no puede ser
esperar que el gobierno sea el que haga todo, debemos actuar con
conciencia ética y política, buscando la suprema felicidad social.
Fue Simón Rodríguez,
quien inculcó al adolescente Simón Bolívar, la emancipación; le enseñó a
ser revolucionario. Por supuesto que existen muchos teóricos; como
Carlos Marx, quien en el siglo XIX, también estudio esto profundamente o
más recientemente, en el siglo XX, un referente infaltable, como lo es
Paulo Freire, quien con sus escritos abrió cátedras universitarias sobre
la educación liberadora y alternativa. Pero, como menciona a los niños,
y tengo dos, no puedo dejar de nombrar a Luis Beltrán Prieto Figueroa
(2006), quien nos dice: “El porvenir puede estar cerca o lejos, pero
hay que prepararlo, y buscar en él, la satisfacción de profundas
aspiraciones que no fueron cumplidas en el pasado, ni en el presente
presuroso. No obstante, el pasado puede suministrar experiencias, que no
son despreciables y el presente, que es una actualidad, que pronto se
convierte en pretérito, también sirve de base, al futuro desconocido. La
actividad del maestro vuelta hacia el pasado, puede dar origen a una
educación perennista; la fundamentada en el presente, da valor a la
vida, que es objetivo indeclinable del proceso formativo de los seres
humanos. Todo converge hacia el porvenir, en el que podrá medirse el
efecto de la actividad de los educadores, del tiempo, del medio que nos
rodea. Eso nos conduce, a una previsión sobre los niños, que ocupan los
bancos de la escuelas y van a ser hombres de un quehacer, cuyos
principios les fueron suministrados por el maestro, por sus padres y por
la sociedad”. (p. 102)
Es así, como en el día a
día, en los salones de clases y otras áreas de de las distintas aldeas,
en donde compartimos con estudiantes, profesores y trabajadores,
tratamos siempre de estar centrados, en un modelo humanista, mas no
conductista; en una relación de un mismo nivel, no, en un piso superior.
Los estudiantes de las décadas del puntofijismo, se aprendían por
caletre, todo. Lo nuestro, no necesita de caletres, no necesita de lo
repetitivo, porque se trata de crear y volver a construir, para crear,
nuevamente; no debemos tan solo limitarnos al salón de clases, debemos
como en nuestro caso, ir a una montaña o a una de nuestras plazas; La
Plaza Bolívar, por ejemplo y compartir con estudiantes, para inventar o
errar; si el invento es bueno, trasciende; si es malo, seguimos
inventando. Es así, como nos quitaremos de encima el capitalismo,
recordando que no hay que cambiar al mundo, sino que hay que cambiar el
sistema, un sistema capitalista, que nos esta autodestruyendo. Un mundo
que ve, como, hasta los osos polares, están desapareciendo, junto al
hielo, porque el calor que producimos, el humo, la polución, la
contaminación; ya no lo soporta ni la propia MADRE TIERRA.
Recordemos, que somos
sujetos constructores de realidades, como lo decía Samuel Robinson,
seudónimo que tuvo que usar Simón Rodríguez, cuando huyó a Jamaica
perseguido por los españoles. Más recientemente, Paulo Freire, utilizó
esas nociónes de Simón Rodríguez. Por eso, como constructores de
realidades, a los estudiantes, tratamos de transmitirles que aún somos
esclavos, a ellos les recalco; que si al dueño del negocio donde
trabajas le da por botarte, te bota y listo. Que debemos estudiar, para
dejar atrás esa esclavitud y con estudio y trabajo, liberarse del
capitalismo salvaje, destructor de todo, destructor de vidas.
Nuestra práctica
pedagógica, está centrada en la formación integral de la mujer y el
hombre, para buscar de esa manera la transformación de esta sociedad
decadente, con una nueva concepción donde se aborda, lo biológico,
psicológico, social, ético y espiritual, para el fortalecimiento de una
cultura, donde la gente participe de manera activa e igualitaria, en la
construcción del desarrollo humano pleno, en condiciones dignas, en el
marco del fortalecimiento de los valores socialistas,(ética, principios,
moral) para buscar el fortalecimiento popular.
Así mismo, centro la
actividad docente, en acciones fundamentadas en lo interdisciplinar y en
transdisciplinar, destinadas a promover el empoderamiento de la gente,
como sujetos de derecho, exigiendo un adecuado tratamiento de las
garantías, frente al derecho a la gratuidad educativa y a la promoción
de ambientes favorables para el estudio, que requiere de la toma de
decisiones responsables, conducentes al aprovechamiento racional del
presente y del futuro patrimonio sociocultural.
Es por ello que, el
docente, debe fundamentar su práctica pedagógica, en el uso de LA
INVESTIGACION, como base de proceso educativo y considerar los procesos
de transformación, en correspondencia con los procesos históricos
concretos, la formación actualizada de las y los estudiantes, para que
profundicen, creen e innoven, y así, impulsar la educación liberadora y
emancipadora, en el contexto socio-comunitario. Partiendo de lo
geo-histórico, como eje fundamental, el bolivarianismo, la
venezolanidad, fortaleciendo los elementos socioculturales de cada
espacio geográfico, así como los valores humanistas y sociales
fundamentales; el respeto a la vida, el amor y la fraternidad, la
convivencia armónica en el marco de la solidaridad, la
corresponsabilidad, la cooperación, la tolerancia, la valoración social,
y ética del trabajo, y el respeto a la diversidad propia, de los
diferentes grupos humanos, a nivel local, regional, nacional,
latinoamericano, caribeño y universal, como lo establece el artículo 3
de la Ley Orgánica de Educación (2009).
Por lo anteriormente
expuesto, el docente bolivariano socialista, debe direccionar la praxis
pedagógica, hacia estrategias innovadoras, que permitan romper esquemas
paradigmáticos capitalistas; centrándonos en la formación integral de
los seres humanos, fundamentados en muchos teóricos y autores de todo
tipo, en especial, la corriente emancipadora de Simón Rodríguez, la
pedagogía liberadora de Paulo Freire y sobre todo, lo que nos enseñó
nuestro gran profesor, Hugo Chávez Frias. Son aportes liberadores, con
miras a la transformación de la sociedad, con una nueva concepción,
centrados en el desarrollo humano, a través de los principios de
sustentabilidad y sostenibilidad, que en toda actividad humana, es
necesario que estén presentes, más aún, en la búsqueda de la
construcción de la socio-productividad; la identificación, el
conocimiento, la valoración y conservación de nuestro patrimonio natural
y cultural (tangible e intangible), además de contribuir con la nueva
visión de seguridad y soberanía alimentaria, desde lo endógeno, para la
formación de la nueva mujer y el nuevo hombre vinculados al desarrollo
endógeno productivo y sustentable, conjuntamente con el modelo
socio-productivo del país, en el marco de la construcción colectiva y de
la participación protagónica y corresponsable, que reza la carta magna.